Reflexiones y consejos para afinar y concretar los objetivos del año
En este artículo analizamos la conveniencia de trabajar con objetivos, no sólo a nivel global de toda la firma sino también a nivel individual de cada trabajador y profesional. Además de ser una buena forma de avanzar sobre éxitos concreto, y de no desviarse de un camino previamente marcado, es un modo de trabajar que motiva a los empleados y colaboradores.
A continuación, analizaremos qué entendemos por objetivos, la forma de determinarlos, su control y revisión, y algunas barreras psicológicas que a veces impiden alcanzarlos.
Una vez que el titular de la asesoría ha determinado y concretado su idea de empresa, dentro de ella deberá fijar unas metas u objetivos, que son imprescindibles para poder centrar la actividad de la asesoría. Si no existen, los resultados de la firma acabarán dependiendo de la buena o mala suerte.
Un segundo paso implicará al personal, tanto a los administrativos como a los colaboradores. Se tratará de establecer sus objetivos a corto (1 mes, por ejemplo) o a medio y a largo plazo. Su determinación puede ser tanto unilateral (procedente de una decisión del titular) como bilateral. En este segundo supuesto, tanto puede ser que el profesional o empleado marque él mismo sus propios objetivos (contando con el asentimiento del titular) como que se establezcan por decisión de los dos.
¿Qué son los objetivos?
Metas concretas que quieren alcanzarse. Por ejemplo, un comercial puede proponerse dar de alta a cinco clientes en un mes; un profesional puede marcarse como objetivo terminar los temas que tiene abiertos e iniciar uno nuevos; etc.
Para que un objetivo tenga valor como tal tiene que reunir los siguientes requisitos:
DESPACHOS PROFESIONALES (CDDP)