La motivación de los socios y colaboradores siempre en el foco de atención máxima
En primer lugar, al hablar de la motivación resulta imprescindible hacer una referencia obligada a la cuestión de los honorarios. Se trata de una de las cuestiones más problemática a tratar dentro de un despacho, sobre todo si estamos hablando de colaboradores, y muy especialmente de socios. ¿Dónde reside el problema?
En plantearse de la forma correcta puede crear una cierta división en el seno de la firma. Existe una actitud de compensación porque convertirse en socio significa por un lado mejorar económicamente y por el otro hay otro tipo de beneficios como pueden ser el reconocimiento interno y externo o la participación en la toma de decisiones.
Pero, ¿cómo puede compensarse a los socios? ¿qué criterio de evaluación deberá seguirse? La evaluación de las tareas desempeñadas por los socios afecta directamente a la compensación y ésta debería ser el resultado del trabajo de los tres poderes: el poder legislativo que marca las normas de actuación (la estrategia del negocio), el poder ejecutivo orquestado por la junta de socios y al frente del cual se encuentra el socio mayoritario y finalmente, el poder judicial que se vertebraría a través de un comité de elaboración que determina el nivel de objetivos conseguidos por parte de cada individuo. Se trata de ver cuál ha sido la actuación de los socios en cada una de sus tareas.
Por lo que se refiere a las políticas de personal relacionadas con la compensación a los colaboradores cabe hacerse algunas preguntas: ¿cuáles son hoy por hoy las verdaderas motivaciones de los trabajadores? ¿cómo se puede asumir la coherencia entre la estrategia del negocio, la organización interna y las motivaciones de los colaboradores? ¿cómo se puede aumentar ese capital humano de que se dispone y que es el inicio del círculo del fracaso o éxito de las empresas de servicios?
DESPACHOS PROFESIONALES (CDDP)