Gestión del valor añadido en los despachos profesionales. Simplificación de procesos
Una organización es una unidad viva (conjunto de personas proveedor) que pretende cumplir una misión en un determinado contexto. Para ello a partir del análisis del mismo, lleva a cabo una serie de actividades (procesos) dirigidas a añadir valor a recursos propios y ajenos, transformándolos así en recursos requeridos por otras organizaciones (conjunto de personas cliente).
Según el diccionario de Real Academia Española de la lengua, valor es:
“Grado de utilidad o aptitud de las cosas, para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite”
Así pues, para satisfacer a nuestros clientes, más aun para fidelizarlos, debemos concentrarnos en añadir el máximo valor a nuestros productos y servicios de forma que éstos sean capaces de proporcionar bienestar, deleite y satisfacción de las necesidades de cada uno de nuestros clientes. Consecuentemente con lo expuesto, lo fundamental para poder gestionar el valor añadido es el conocimiento de las características y necesidades de nuestros clientes. A partir de este punto, el segundo paso consiste en disponer de la máxima capacidad para poder satisfacerlas.
Tres son los elementos básicos a partir de los cuales podemos gestionar nuestra capacidad de añadir valor al cliente: las personas de nuestra organización, los recursos disponibles y los procesos que se llevan a cabo. En general, contratamos a las personas con los conocimientos y actitudes adecuadas e invertimos en los recursos necesarios, pero no siempre tenemos en cuenta que es a partir de una gestión adecuada de los procesos como conseguimos asegurar que la actuación de las personas y la utilización de los recursos aporte el máximo valor añadido a nuestros clientes.
Gestión de los procesos
Para poder gestionar los procesos adecuadamente es necesario establecer algunas definiciones que clarifiquen la gestión en si. La primera diferenciación importante se establece entre proceso y procedimiento.
DESPACHOS PROFESIONALES (CDDP)