¿Existe una política de formación en nuestro despacho?
Pensando en el 2018 y en el momento que nos ha tocado vivir, que se caracteriza porque todo se somete a un proceso constante de transformación. Los despachos deben buscar una mejora continua, tanto en sus procesos, como en sus recursos y en la forma de hacer las cosas, pero sobretodo en el ámbito de sus recursos humanos.
Sin lugar a dudas, la asesoría que quiera mantenerse en el mercado con un nivel razonable de calidad de sus servicios, ha de saber adaptarse al dinamismo general que le rodea. Sus empleados y profesionales deben estar al día de todos los cambios que se producen en su entorno, tanto jurídico como empresarial en general. Para ello, es imprescindible que la firma tenga definida algún tipo de política de formación.
La formación forma parte de la estrategia
Las acciones formativas deben estar integradas en la planificación de la estrategia general de la firma. Desde este punto de vista, la formación deja de ser un gasto para convertirse en una inversión. Sin lugar a dudas, de nada sirve introducir equipos sofisticados en un despacho, nuevos estilos de dirección o procedimientos informatizados de administración sin contar con personas preparadas para trabajar con los nuevos métodos. Por tanto, la formación es necesaria para optimizar los recursos humanos de una asesoría.
DESPACHOS PROFESIONALES (CDDP)