El control de costes un “clásico” que siempre funciona

Los dos frentes de la gestión de costes que debe saberse optimizar

1. En la actualidad, con la primacía de los aspectos económicos de la globalización, la apertura y la internacionalización de la economía, los despachos han tenido que plantear nuevas estrategias para seguir siendo competitivos, que podemos dividir en dos tipos. Un primer tipo de estrategias se relaciona con situaciones externas de la firma y tiene que ver con la consecución de nuevos mercados, el lanzamiento de nuevos servicios o la prestación de un mejor servicio, para mantener su grado de competitividad en el mercado y buscar su consolidación.
2. La segunda clase de estrategias se relaciona con aspectos internos, que giran en torno a cómo contribuir a obtener esa competitividad. Es fundamental analizar la forma como se están utilizando los recursos humanos, físicos y económicos de tal manera que contribuyan a la generación de valor añadido y, lo que es más importante aún, cómo es su distribución entre los diferentes actores que intervienen en el proceso.

El control de costes también es un proceso

El control es un proceso para asegurar que se alcanzan los objetivos establecidos, lo cual no impide que durante el tiempo dedicado a su logro no se hayan podido producir algunas desviaciones. Por tanto, el control no es un acontecimiento aislado, sino un conjunto de actividades que se desarrollan de forma continuada.