Como una firma del montón pasa a convertirse en una gran firma
Imaginemos un disco enorme, pesado, de metal macizo y montado horizontalmente sobre un eje y con un peso de más de dos mil kilos. Imaginemos que tenemos que conseguir que el disco gire alrededor del eje lo más rápidamente posible y durante el mayor tiempo posible.
Lo empujamos con un gran esfuerzo, conseguimos que avance hacia delante, moviéndose casi imperceptiblemente al principio. Seguimos empujando y, después de dos o tres horas de constante esfuerzo, conseguimos que el disco dé una vuelta completa.
Seguimos empujando, y el disco empieza a moverse un poco más deprisa. Con cada vuelta que le damos va ganado más velocidad. Entonces, en un momento dado, el impulso juega a nuestro favor y lanza el disco hacia delante. Su propio peso empieza a trabajar para nosotros. Cada vuelta del disco se va sumando al trabajo realizado anteriormente, multiplicando el esfuerzo invertido. Nos resultaría muy difícil saber cuál ha sido el gran empujón que ha hecho que el disco vaya tan deprisa.
DESPACHOS PROFESIONALES (CDDP)