El marketing y la comunicación después del COVID 19
La nueva realidad económica y social que nos ha traído el coronavirus ha cambiado muchas reglas y rutinas del marketing y la comunicación que funcionaban, pero que ahora deben cambiar. Como explica muy bien en su artículo Juan Carlos Alcaide, Profesor en ESIC y experto reconocido en Silver Economy, solo existe un camino desde el punto de vista del marketing y la gestión: la rapidaptación.
No hay tiempo para prepararse para la carrera; hay que correr adaptando la organización para el sprint en pleno recorrido, que está lleno de muerte y destrucción. Y en la carrera se dejan muchas cosas que se caen por el camino, pero no hay remedio.
Esta rápida adaptación se produce a la vez que se gestiona la resiliencia o adaptación a situaciones traumáticas y difíciles. Tanto en el ámbito empresarial como en el personal, debemos estar ocupados y no preocupados, tomar conciencia de la crisis, aprender a gestionar el miedo y no caer en la parálisis ni en el excesivo lamento, que no conducen a nada. Hay que agudizar el sentido de la observación, la conciencia plena y el ingenio creativo-disruptivo. Tenemos que salvar los muebles y retener aquello que sea necesario: los clientes, los productos y los empleados clave, así como defender la caja del dinero. Debemos pensar en cómo hacer dinero ya.
Es tentador reflexionar en modo «mal de muchos». Pero, aun estando sensibles y aturdidos por la incertidumbre, no está permitido el bloqueo. No se contempla morir. El objetivo no es salir de esto, sino salir reforzados.
Hacia paradigmas excepcionales
Desde el punto de vista de las empresas, la rapidaptación supone:
- Revisar, si es necesario, el modelo de negocio. La crisis derriba los modelos de negocio, pero puede crear oportunidades para nuestro know-how, para nuestra especialización en el producto y en el cliente, para nuestra maquinaria y procesos, que se pueden reorientar a productos o servicios más adecuados a la nueva normalidad. Hay que ser ágiles en el viraje a la anormalidad normal, que será temporal durante mucho tiempo.
- Revisar también los modelos relacionales con la digitalización acelerada de los canales: bots, inteligencia artificial, personas que miman a otras personas. Se precisan canales digitales para un cliente más digital y menos físico, que sigue demandando certezas, confianza y, más que nunca, amparo.
- Rehacer el customer journey centrándose en la seguridad y la higiene, pero dando valor a la calidez, la proximidad y la humanización de cada contacto.
- Trabajar la retención será crucial. Se debe evitar a toda costa la defección de clientes.
Recordemos: ¿renovarse o morir? Es necesario planificar la nueva normalidad, adaptarse rápidamente a ella. La rapidaptación es la improvisación inteligente de hoy y la planificación de mañana y pasado mañana. Urge la rapidaptación a cortísimo, corto, medio y largo plazos.
Los paquetes promocionales, en el centro de todo
En la actualidad, las empresas actúan ante una gestión de crisis de manual, en la que la retención y el control de caja son imprescindibles. El ahorro está en el centro de la nueva forma de gastar ante una realidad en la que:
DESPACHOS PROFESIONALES (CDDP)