Últimamente en el sector se habla menos de la gestión de las personas: la crisis ha normalizado la retención y rotación de los profesionales.
Artículos para asesorías y despachos profesionales
Los pequeños y medianos despachos cada vez son más conscientes que necesitan cambiar su modelo retributivo.
Las firmas profesionales están invirtiendo cada vez más dinero y recursos en implantar sistemas de innovación que permitan reinventar servicios y que a la vez les ayuden a anticiparse a las necesidades de sus clientes y del mercado.
Muchos clientes y compañeros nos preguntan: ¿que están poniendo en práctica el sector en general y los mejores despachos? ¿Dónde ponen el foco en sus prioridades y estrategias?
Quizás en el sector de los despachos convendría reflexionar de nuevo sobre las claves de un modelo de negocio que actualmente está cuestionado.
Basándome en algunos datos del último estudio sobre sector que se han publicado en el Observatorio del despacho profesional de Sage/septiembre 2013, creo que necesitan una reflexión por parte de los socios y directivos de la mayoría de despachos profesionales.
Partiendo de que los profesionales ofrecen servicios muy parecidos, a menudo una buena forma de dar valor añadido a los servicios es cuidar aquellos detalles, que aún pareciendo sin importancia la tienen.
Existe un tipo de profesionales que visionan su trabajo como una obligación continuada, mes a mes, año a año, de ganarse el aprecio y la confianza del cliente.
Estos días todos hemos podido leer en la mayoría de medios de comunicación las declaraciones de Josep Oliu presidente del Banco de Sabadell, donde anticipa que el crédito a las empresas disminuirá hasta el 2015, y luego a partir de ese año empezará a crecer.
La sucesión interna significa vender o transferir la propiedad del despacho a empleados o profesionales de la misma firma
Hoy todos tenemos que trabajar más para llegar al mismo punto muerto, pero es muy diferente afrontarlo con un plan, con ideas y con optimismo, que afrontarlo sin ideas y con pesimismo.
Es evidente que vender la totalidad o parte de un despacho profesional es una decisión trascendental para los titulares del mismo, que no se puede tomar a la ligera y que suele tener dos motivaciones: la necesidad y la oportunidad.