¿Se ha terminado? La pregunta nos acompaña desde hace casi dos años: todos queremos que llegue ese día en el que podamos proclamar que la crisis de la COVID-19 ha tocado a su fin.
En 2021, después de un año que nos obligó a reconsiderar nuestras certezas y expectativas a todos los niveles —nuestras vidas, en general, y nuestras carreras, en particular—, tuvimos que buscar un nuevo camino y encontrar una forma de vivir y trabajar oportuna y sostenible en medio de la pandemia.
En estos últimos 12 meses hemos trabajado juntos, pero separados —el trabajo remoto e híbrido han venido para quedarse, nos repiten—, hemos pronunciado más que nunca las palabras “salud mental” y, con la cadena de suministro global patas arriba, hasta nos hemos dado cuenta de que fabricar cerca de casa tiene incontables ventajas.
No, todavía no se ha terminado, pero es indudable que hemos avanzado. Y en 2022 seguiremos perfeccionando y redefiniendo este nuevo mundo. ¿Qué podemos esperar del próximo año?
¿Qué tendencias crees que surgirán en 2022? Según LinkedIn noticias serán las siguientes:
1. Las grandes tecnológicas lo intentarán, pero fracasarán en su empeño de apoderarse del metaverso
Por una vez, las big tech no se quedarán con el premio gordo. La siguiente versión de la web está al caer, y rebasará los límites de nuestras pantallas: el metaverso es un término que describe las experiencias de inmersión y colaboración en 3D que ya se están abriendo paso en nuestras vidas. Muchos al escuchar la palabra “metaverso” pensarán en auriculares —Oculus, por ejemplo, o los HTC Vive— que nos transportan a un mundo pixelado en el que interactuamos con avatares digitales. Pero el metaverso es mucho más variado, abarca desde las experiencias aumentadas existentes (¿os acordáis de Pokemon Go?) hasta los mundos de juego de alto nivel.
Mientras nos embarcamos en el próximo gran cambio tecnológico, la tensión entre las plataformas cerradas y abiertas continuará. Al igual que en la transición a lo móvil, las grandes tecnológicas intentarán hacerse con todo el control posible sobre este nuevo paradigma. Prueba de ello es el cambio de marca de Meta, antes conocida como Facebook. Pocos días después, Microsoft (empresa matriz de LinkedIn) también anunció sus propios planes para el metaverso. Pero, a diferencia de los hitos tecnológicos anteriores, el metaverso será mucho más difícil de amurallar y controlar gracias a dos fuerzas importantes. La primera es el blockchain, que permitirá a quienes participen del metaverso construir y utilizar tecnología descentralizada: ya no dependerán únicamente de los gigantes tecnológicos. La segunda es que los artistas y tecnólogos que están sentando las bases del metaverso ya no están en deuda con las grandes tech como antes: gracias al blockchain disponen de un medio descentralizado para ganar dinero. Esta nueva versión de la web nace con el potencial de ser abierta y de ofrecer un contexto donde se recompense a los creadores individuales por sus contribuciones.
2. La brecha formativa no cesará: se necesita personal
La batalla por el talento no solo está en el ámbito tecnológico: faltan programadores, analistas de datos o expertos en ciberseguridad, pero España también se enfrenta a la escasez de camioneros, obreros de la construcción o camareros. La temporalidad y las condiciones precarias han empeorado con la pandemia, provocando una falta de mano de obra en hostelería, transportes, agricultura o ganadería. Pero también hay un problema de formación, como explica Mayte Guillén, periodista especializada en empleo: “La clásica figura del aprendiz en construcción prácticamente ha desaparecido, y hay pocos jóvenes que quieran subirse al andamio para sustituir a albañiles, pintores, fontaneros o soldadores” pese a la alta tasa de paro juvenil. La esperanza está en potenciar la Formación Profesional y hacer que las empresas se conviertan en centros de aprendizaje, pero Guillén se pregunta ante LinkedIn Noticias si esta estrategia será suficiente para conseguir el relevo generacional que nuestro país necesita.
3. Las fábricas volverán a casa (y serán más inteligentes)
La pandemia, la volatilidad de la demanda, la escasez tanto de trabajadores como de espacio de carga y una climatología adversa han creado la tormenta perfecta en la cadena de suministro global. Y en esta era de impaciencia consumidora nos enfrentamos a una experiencia poco habitual: tenemos que esperar días, semanas, meses para recibir nuestras zapatillas, coches y juguetes (¡la Navidad ya está aquí!).
Los expertos creen que la crisis se prolongará más allá de 2022. Y que la cadena de suministro no volverá a ser la misma: sufrirá una revolución y las empresas se centrarán menos en recortar costes y más en asegurarse de tener la capacidad y la resiliencia necesarias para mantener a raya las alteraciones meteorológicas. Las compañías acercarán sus operaciones a casa. De hecho, ya lo están haciendo: el año pasado, alrededor del 75% de las empresas declararon que estaban ya reubicando su producción en sus países de origen o en los países vecinos, según una encuesta realizada por Bank of America a 3.000 compañías.
Además, para mantener los costes bajo control, cada vez más empresas empezarán a construir “fábricas inteligentes”, haciendo hincapié en la automatización, las plataformas en la nube y otras tecnologías, opina Stefano Elia, profesor de la Universidad Politécnica de Milán (Italia). “[Esto] permitirá a las organizaciones reducir costes, mejorar la calidad y, sobre todo, disparar la demanda de mano de obra cualificada en su país o región de origen”.
¿Y cuál será la reacción de los principales hubs de fabricación global? Desde luego, no van a esperar sentados. “China y otros países similares pondrán en marcha medidas políticas y económicas para aumentar el atractivo de sus economías”, afirma Elia. “Anticipo una competencia internacional”.
4. El próximo capítulo de la pandemia se centrará en la salud mental
En 2022 el mundo tendrá que hacer frente al trauma que la pandemia ha dejado a su paso. Puede que la vida esté volviendo lentamente a la normalidad, pero son muchas las personas que siguen lidiando con el dolor, la depresión y la ansiedad. “Habrá mucho trabajo que hacer porque vamos a ver mucha devastación [en] 2022”, asegura Rhonda Medows, presidenta de salud poblacional de la red de hospitales Providence en Renton, Washington. “Seremos testigos de una generación perdida si no lo hacemos”, añade, refiriéndose a los retos a los que se han enfrentado —y siguen enfrentándose— niños y adolescentes.
Pero la demanda de servicios de salud mental está superando a la oferta. Y con el mundo sumido en una escasez extrema de médicos —muchos de ellos víctima de su propio agotamiento—, las plataformas digitales cobrarán protagonismo, incluso más allá de las actuales aplicaciones que conectan a pacientes y terapeutas.
Los investigadores ya están tratando de encontrar biomarcadores, incluso a través de pruebas genéticas, para asignar a los pacientes fármacos como los antidepresivos, que funcionarán de forma diferente en función de cada individuo. La próxima frontera también incluirá aplicaciones y wearables para ayudar a las personas a gestionar sus tratamientos, asegura Courtney Billington, presidente de Janssen Neuroscience. Estas herramientas permitirán actualizar los síntomas en tiempo real o realizar un seguimiento de las constantes vitales que puedan estar relacionadas con la salud mental, como la frecuencia cardíaca. Llegado el momento, estos datos podrían compartirse con los médicos o ser supervisados por ellos.
5. Ya está aquí el fin del centro comercial tal como lo conocemos
¿Hasta qué punto siguen siendo relevantes los centros comerciales en un mundo donde el e-commerce crece diez veces más que las ventas en tiendas físicas? Es lo que plantea el ex presidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno. Es más, un 25% de estos espacios corre el riesgo de cerrar sus puertas en 2022 en Estados Unidos, como advierte Credit Suisse.
La clave está en que los centros comerciales sean flexibles y reconfigurables: “Cada periodo de seis meses, el centro debe cambiar de escenografía, como si de un montaje teatral se tratara, donde las marcas son las actrices. (…) El objetivo es llevar las audiencias al centro (incluso aquellas que no tienen intención de comprar nada) y crear un telón de fondo experiencial”, explica. El modelo del centro comercial como lo conocemos hasta ahora está en crisis, y no basta con quedarse en la superficie: hay que resetearlo.
6. El misterio del quién-gana-qué tiene los días contados
La feroz competencia por contratar a trabajadores formados y la creciente presión por que las empresas materialicen sus promesas de diversidad obligará a los empleadores a abrir la caja de la transparencia salarial. Es uno de los debates del momento. En Finlandia el Gobierno ha planteado una nueva ley para que los sueldos no sean un secreto, en Estados Unidos compañías como Whole Foods o Netflix ya permiten a sus plantillas acceder a los salarios de sus compañeros, Bruselas se plantea sancionar a las empresas que no atajen la brecha salarial –en Europa se sitúa en el 14,1% entre hombres y mujeres en el mismo rango laboral– y en España la desigualdad por razón de género también está en la agenda del Gobierno, que ha aprobado distintas iniciativas para combatirla. Además, según una encuesta realizada por LinkedIn Noticias España, los españoles parecen estar preparados para que el sueldo deje de ser un asunto privado.
Los rangos salariales siempre han sido un insondable misterio en la oficina, objeto de infinidad de especulaciones, cotilleos y resentimientos. Pero la igualdad en el trabajo avanza con paso decidido y la transparencia salarial empezará a generalizarse, opina Diane Domeyer, directora general de la consultora de recursos humanos Robert Half.
Las ventajas de que el sueldo deje de ser un tabú son claras: a mayor transparencia, menor diferencia retributiva entre hombres y mujeres, subraya Almudena Sevilla, profesora de economía y políticas públicas del University College de Londres y presidenta del Comité de Mujeres de la Royal Economic Society. Según su investigación sobre el impacto de la transparencia salarial en las universidades británicas, la brecha salarial se redujo en un 4,37% en los años posteriores a la publicación de los salarios de los profesores en 2007. ¿Qué sucedió? Tras la publicación, las académicas negociaron salarios más altos o se trasladaron a universidades en las que la remuneración era más equitativa.
Por supuesto, hay quienes consideran que este cambio puede ser negativo. Hay empresarios que temen que la transparencia salarial pueda generar resentimiento entre compañeros y favorecer que la competencia se lleve a sus trabajadores. Sin embargo, Domeyer sostiene que los aspectos positivos superan a los negativos y que, les guste o no, las compañías se van a ver obligadas a actuar con transparencia. “Las organizaciones tienen la ventaja de adelantarse a la legislación y demostrar a su plantilla que están por la igualdad y la inclusión”.
7. La recuperación del sector aéreo se teñirá de verde
Entre los logros de la COP26, los relacionados con el sector de la aviación han pasado relativamente desapercibidos. Sin embargo, de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático salió una dirección clara: 23 países –España, entre ellos– firmaron la Declaración de ambición climática de la aviación internacional, que reconoce la necesidad de que el sector “crezca de forma sostenible”.
Los datos del Grupo de Acción para el Transporte Aéreo –que engloba 1.860 aeropuertos, 258 aerolíneas internacionales, 80 organizaciones de gestión de tráfico aéreo– ponen de manifiesto que el transporte aéreo es responsable de cerca del 2% de las emisiones de dióxido de carbono producidas por el hombre y de cerca del 12% de las emisiones del sector del transporte. Y, ojo, no debemos olvidar que poco más del 10% de la población mundial volaba antes de la pandemia.
Una de las formas más viables de reducir el impacto ambiental del transporte aéreo pasa por el combustible de aviación sostenible (SAF, en sus siglas en inglés): biocombustibles obtenidos a partir de residuos alimentarios agrícolas y forestales que pueden garantizar hasta un 90% menos de emisiones que los combustibles fósiles. “En un futuro inmediato, los biocombustibles de segunda generación, obtenidos a partir de productos que no compiten con los alimentos, son la apuesta por una aviación más sostenible”, explica Pierroberto Folgiero, CEO de Maire Tecnimont. “Se trata de una tecnología innovadora que puede aplicarse de inmediato y puede estar operativa de aquí a tres años”, precisa. En 2022, además, llegarán los primeros resultados de los ensayos que Airbus está realizando con aviones en los que está utilizando combustible sostenible como una fuente de energía y también se espera que, el próximo octubre, la asamblea de la Organización de Aviación Civil Internacional defina los objetivos de descarbonización del sector.
8. ¿Nos comerá la inflación?
Materias primas, energía, vivienda, combustibles, alimentos… Quedan pocas categorías en las que no estén aumentando los precios, lo que puede traducirse en una pérdida de poder adquisitivo si los salarios no crecen al mismo ritmo. “La inflación preocupa, sobre todo si deja de ser coyuntural y se convierte en algo más permanente. (…) Teniendo en cuenta la estructura salarial y de pensiones de este país, puede agravar los ya elevados niveles de desigualdad de renta que existen en España”, explica el economista y profesor universitario Francisco J. Delgado.
9. El turismo apostará por la regeneración
Alojarse en un hotel y ayudar en una plantación de café. Aprender sobre la regeneración del suelo durante una estancia en una granja. Nuestros viajes serán cada vez más regenerativos: más conscientes, menos centrados en el consumismo y más atentos a la naturaleza y la cultura locales. Si antes de la pandemia el objetivo del ecoturismo consistía en viajar de la forma más sostenible posible, en el futuro iremos un paso más allá: se hará lo posible por dejar el lugar que se visita en mejores condiciones. Ya no se trata de reducir la huella sino de ser proactivo para que el territorio esté más preparado para afrontar su futuro.
Según un estudio reciente del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, el 83% de la población mundial quiere viajar de una forma más sostenible. El 84% quiere desperdiciar menos y reciclar más. Y el 67% quiere ser más consciente del impacto de sus vacaciones en el planeta.
“Viajar es la expresión más progresista de nuestra curiosidad humana. Pero este ‘hambre por lo desconocido’ lleva mucho tiempo en contradicción con las leyes de la naturaleza y, aunque no sea intencionado, la realidad es que el turismo ejerce una gran presión sobre distintas poblaciones. La buena noticia es que la irrupción del coronavirus ha hecho que seamos más conscientes del impacto que nuestro consumo tiene sobre la sociedad”, señala Frederik De Roo, experto en marketing y turismo. De Roo espera que 2022 sea el año en que el sector turístico apueste decididamente por los viajes regenerativos. “La industria va a actuar para garantizar que los turistas reserven unas ‘vacaciones regenerativas’ que, en ningún caso, serán de menor calidad o de mayor precio que las tradicionales”.
10. Los deportistas ejercerán su influencia sobre los equipos y las ligas de forma novedosa
En los últimos años, los deportistas profesionales más importantes del mundo se han vuelto más asertivos a la hora de decidir dónde y en qué condiciones juegan, y cómo funcionan los equipos y las ligas. Es de esperar que esta influencia aumente en el próximo año.
Los lucrativos acuerdos televisivos se han traducido en aumentos salariales sísmicos para los mejores atletas. Y las redes sociales han ofrecido a los deportistas una línea directa con los aficionados.
Las superestrellas de la NFL esperan ahora que los propietarios de los equipos les consulten sobre las decisiones de los entrenadores, la contratación de personal e incluso las decisiones de los directivos. Y el año pasado, James Harden, de la NBA, quiso dejar los Houston Rockets, a pesar de que el equipo le daba voz activa en todas sus decisiones estratégicas importantes. Cuando Houston se negó a negociar con él, se presentó tarde al campamento, incumplió los protocolos de COVID y criticó públicamente al equipo. En enero de 2021, se marchó al equipo de los Brooklyn Nets.
Esto se extiende a las causas sociales. Los jugadores de la NBA pusieron el movimiento Black Lives Matter en el punto de mira en 2020 en la burbuja de baloncesto de Orlando. Los jugadores de fútbol de la Eurocopa 2020 desterraron efectivamente los refrescos de las conferencias de prensa en el campeonato.
En épocas anteriores, tales esfuerzos habían sido coartados por los ejecutivos de los equipos y de la liga. Pero las redes sociales han cambiado la narrativa a favor de los jugadores. “Los nuevos canales de comunicación nos permiten trasladar nuestro mensaje sin distorsiones”, afirma Iker Casillas, ex portero del Real Madrid y de la selección española y directivo de la Fundación Real Madrid.
Con los Juegos Olímpicos de Invierno en China y el Mundial de la FIFA en Qatar este próximo año, no faltarán oportunidades para que los jugadores se hagan oír.
(*) Fuente: LinkedIn Noticias
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