El pasado 12 de marzo celebramos un almuerzo coloquio en la que contamos con la asistencia de algunos de ustedes y de cinco ponentes de gran prestigio.
La introducción corrió a cargo del Sr. Jordi Amado, y el moderador fue Jordi Goula, periodista de la Vanguardia. Los ponentes tuvieron unas intervenciones interesantísimas para todos. Por orden de intervención fueron: Sr. Santiago Nadal, Presidente de la Comisión de Prospectivas Socioprofesionales y Diputado de la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona; el Sr. David Hospedales, Director General de Ribé Salat Consulting; el Sr. Adaberto Guerrero, socio fundador del bufete Guerrero, de Círculo Legal; y el Sr. Enric Monfort, Dr. Comercial SCG & REPORTING.
Las preguntas que abrían el coloquio fueron: ¿Cómo debe el despacho afrontar la nueva coyuntura económica?; ¿Cómo una oportunidad estratégica?; ¿Supondrá un crecimiento para el sector o afeá de forma negativa? ¿y en qué áreas de especialización?; ¿Cómo gestionar el cambio para adaptarnos a las nuevas necesidades de los clientes?; ¿Cuáles son los principales retos del futuro?
En principio, la mesa de ponentes se mostró, dentro de un orden, bastante optimista. ¿En qué sentido? En concreto en la necesidad de que los despachos no se duerman en los laureles, alimentando la crisis con una actitud de pasividad. Se insistió en la necesidad de un cambio de mentalidad real entre los profesionales del derecho, y muy especialmente entre los abogados, siempre más reacios a dejar de hacer las cosas “a su manera”. ¿En qué sentido? En que han de creerse de una vez para siempre, que sus organizaciones son empresas, y que como tales se han de gestionar. En este sentido, incluso se puso sobre la mesa, en algunos casos, la necesidad de tener un gestor independiente a lo que son los profesionales de la organización. Y en esta misma línea, se insistió en la conveniencia de trabajar con indicadores, con presupuestos a varios años vista, e incluso de calcular la rentabilidad de los profesionales y de los clientes, entre otras cuestiones.
Evidentemente que si hay crisis los despachos profesionales no pueden escaparse de ella absolutamente, pero se apostó por una sabia adaptación a las circunstancias del momento, que en algunos casos permite “aprovecharse” (en el sentido profesional de la palabra) de las desgracias ajenas. Así, las disoluciones de empresas, las quiebras, los impagados, entre otras cuestiones, desafortunadamente ayudaran a los despachos a escapar de la quema. Así, podríamos hablar de oportunidad de negocio en un momento de crisis.
También se habló de la importancia de las nuevas tecnologías, de la internacionalización, y de la creación de un entramado de alianzas que no tiene porqué ser incompatible con una reducida dimensión. Y hablando de dimensiones, quedó claro que el mercado no es para los grandes, sino que los medianos y pequeños también tienen su lugar. Asimismo se marcó el perfil tipo del cliente empresario español, que más bien es una pyme que una gran empresa.
Otro tema que salió fue el de los recursos humanos, cada vez más escasos en el sector en el que estamos. En las universidades hay la mitad de alumnos que hace 10 años, y forman parte de la generación de la play station, que deberá convivir con la del “verano azul” y la del “seiscientos” (como ven, alguna broma sirvió para distender la seriedad del tema).
Nos gustaría hacernos eco de una intervención de Mª Eugenia Gay, de la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona, y en concreto de la comisión internacional. Ella lanzó una lanza porque los abogados apostasen más por el arbitraje y la mediación, no sólo por ser una forma más económica y ágil de resolver los problemas entre partes, sino también por suponer una oportunidad más de negocio para los abogados.
El éxito de este acto fue total, y en él los asistentes tuvieron un indudable protagonismo con sus intervenciones.
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