Una de las misiones más importantes de un directivo, lo he ido aprendiendo con los años, es conseguir que el proyecto o la empresa que uno dirige siempre brille y tenga luz propia.
Las tareas de un directivo pueden ser muchas y variadas, pero no nos podemos engañar, la más difícil y la más importante es convencer a tu gente, después de 10 o 20 años de estar contigo, de que nuestro proyecto tiene futuro, de que hay que luchar por nuevos objetivos y nuevas metas, y que todavía todo está por ganar. ¿Existen directivos con ese fuste en nuestro sector? Sin duda yo he conocido a unos cuantos, y podría poner ejemplos de actuaciones concretas de lo que hacen y priorizan en sus firmas. Destaco las siguientes:
- La visión de la firma, lo que hacen y ofrecen, es compartido por todo el personal.
- Han sabido delegar tareas y responsabilidades.
- Todo el mundo tiene objetivos y se premian si se alcanzan. Como individuos y como equipo.
- El aprendizaje en habilidades y conocimiento es constante y habitual.
- El crecimiento y conocimiento del mercado es estratégico.
- Se apoyan e invierten en tecnología para innovar y ser mejores.
- Se preocupan de las necesidades de los clientes y de cómo los perciben.
En definitiva, son directivos que cada año se plantean la siguiente pregunta:
¿Podemos continuar mejorando y creando valor?
Y para finalizar esta nota, lo hare con una reflexión de Lecina Fernández: “La ilusión se recupera imaginando historias en las que somos capaces de hacerlas realidad. Esa es la semilla de la ilusión”. Yo os animo a que busquéis retos que ilusionen a vuestra gente y a vuestros clientes. No dejemos de intentarlo.
¡El 2020 puede ser un gran año!
Gracias por confiar en nosotros y Feliz Navidad.
DESPACHOS PROFESIONALES (CDDP)
Estrategia