Nunca hubiéramos pensado que tuviéramos que hacer un escrito como éste, pues no era el momento y tendría que haber pasado mucho tiempo para que lo fuera. Todas las muertes son terribles, pero la de ella... Maria Antonia Bergas Jané, colaboradora y pilar básico de Amado Consultores, nos ha dejado.
El miércoles 5 de septiembre tuvimos una reunión con ella, tranquila, brillante y lúcida como siempre, y el jueves por la mañana nos comunicaban su fallecimiento. No logramos comprender por qué alguien con tantos sueños y tantas metas por cumplir tuvo que partir de este mundo. El vacío que nos ha dejado no lo llenaremos nunca más en nuestra firma, pues aunque se diga que todas las personas son sustituibles, ella no lo era.
A Maria Antonia la conocimos en el año 1997. Nos llegó un interesante y prometedor curriculum de una joven abogada, que había decidido abandonar la preparación para opositar a notarias. Desde el primer minuto nos sorprendió su forma de ser y su enorme preparación y seguridad. Empezó a colaborar con nosotros tanto asesorando, como contestando consultas, dando formación, escribiendo artículos, o participando en todos nuestros proyectos editoriales. Era una gran profesional incansable, vitalista, alegre, positiva, valiente y con un punto de aventurera. Pero sobre todo, una buena persona, para quien la fidelidad y el compromiso eran sagrados, lo cual no siempre es frecuente en nuestro sector. Su trato era muy afable y difícilmente perdía los nervios, tenía un gran equilibrio emocional. Nunca dejaba de sorprendernos su tranquilidad y templanza ante un acto, un evento o una reunión de gran responsabilidad, podíamos estar todos nerviosos e inquietos y ella en cambio la observabas y podías ver que estaba segura y confiada, y efectivamente nunca defraudaba a nadie. Yo creo que todos aquellos que la conocían estarán de acuerdo con estas palabras, y seguramente podrían añadir más adjetivos.
Cuando el miércoles nos vino a ver, iba cargada de proyectos, ilusión y ganas de trabajar. Nos contó cómo habían ido las vacaciones, y sobre todo nos habló de su hijo Pau, tan querido y deseado, su razón de ser. Y es que María Antonia era una mujer muy luchadora, que compaginaba, como podía, su trabajo y su papel de madre, que en el fondo era el que más le gustaba ejercer. Cuando hablaba de su hijo de casi 14 años, se le iluminaba la cara, porque era su vida.
En fin, Maria Antonia ha emprendido su gran viaje sin retorno, cuando menos lo esperábamos y cuando más la necesitábamos, pues personas como ella son difíciles de encontrar. No queremos que esto suene a palabras amables que se dicen siempre en ocasiones como esta. Estas palabras salen de nuestro corazón, que permanecerá herido para siempre. Todo el equipo de Amado Consultores está roto de dolor, y solo podemos encontrar un poco de consuelo recordándola. Seguramente ella intentaría calmarnos, nos hablaría con tranquilidad, vocalizando cada palabra y con un mensaje perfectamente estructurado. Nos miraría a los ojos y nos sonreiría. Y nos diría que continuemos luchando por nuestros sueños, tal como ella hacía. También desde esta nota queremos trasladar a su hijo Pau, y a toda su familia, nuestro más profundo y sincero pésame.
Adéu, Maria Antònia, adéu. Trobarem a faltar el teu somriure per sempre més .
Todo el equipo de AMADO CONSULTORES
DESPACHOS PROFESIONALES (CDDP)
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