Hace ya unos cuantos años empezamos a oír hablar de la Responsabilidad Social Corporativa, sin que la mayoría de las empresas le hicieran mucho caso a este nuevo concepto empresarial estratégico. Nos llegaban mensajes de grandes empresas que empezaban a difundir su reconocimiento como empresa socialmente responsable, su compromiso con la responsabilidad corporativa, como una forma, en algunos casos, de mejorar su imagen, en otros, como estrategia de marketing y algunos pocos, como una nueva forma de gestión que la incorporaban en toda la cadena de valor de la empresa.
Una oportunidad para los despachos que quieren ser “diferentes”
La Responsabilidad Social se está consolidando como una de las tendencias fundamentales del panorama empresarial actual. El compromiso con las personas, la sociedad y el medio ambiente se traduce en acciones concretas que buscan el beneficio de todas las partes implicadas. Son ya muchas las organizaciones que han incorporado la Responsabilidad Social a su gestión, o que están en vías de hacerlo, como un modo de añadir valor a la empresa.
¿Qué es la Responsabilidad Social Corporativa? Os presentamos la siguiente definición:
Responsabilidad de una organización ante los impactos que sus decisiones y actividades ocasionan en la sociedad y el medio ambiente, a través de un comportamiento transparente y ético: que contribuya al desarrollo sostenible, a la salud y el bienestar de la sociedad; tome en consideración las expectativas de sus partes interesadas; cumpla con la legislación aplicable y sea coherente con la normativa internacional de comportamiento; esté integrada en toda la organización y se lleve a la práctica en sus relaciones.
(ISO 26000)
Otro de los efectos que nos está dejando la ya tan mencionada “crisis" es que le ha traído a la RSC un efecto de autentificación. Las empresas se están replanteando la forma de entender la RSC para que realmente aporte valor al negocio y no sea algo cosmético. La crisis ha sacado a la luz que los principios de comportamiento socialmente responsables no han sido una práctica generalizada y que muchas empresas han realizado prácticas irresponsables con clientes, empleados, accionistas, proveedores, etc. Por lo tanto, estamos en el momento clave para que la gestión de la responsabilidad social la integremos en el sistema de gestión general de nuestras empresas.
La gestión del RS es la Integración en la gestión general de la organización de los valores éticos, sociales, laborales, de respeto a los derechos humanos y ambientales. Se sustenta, principalmente, en políticas, estrategias, actuaciones o procedimientos, y en las relaciones con sus grupos de interés.
Algunos de los principios generales en la gestión de la RS son los siguientes:
- Transversabilidad.
- Legalidad.
- Liderazgo.
- Enfoque a los grupos de interés.
- Enfoque basado en hechos para la toma de decisiones.
- Coherencia con los principios adquiridos.
- Voluntariedad.
- Flexibilidad.
- Adicionalidad.
- Eficiencia.
- Transparencia.
- Mejora continua.
- Integración.
- Orientación al ciclo de vida.
Una de las herramientas para integrar la Responsabilidad Social en el día a día de la gestión de las empresas es a través del Sistema de Gestión de la Responsabilidad Social de AENOR (RS10). Este sistema está basado en la norma internacional ISO 26000 y en la Norma UNE 165010:2009 EX. Es un sistema de gestión basado en la mejora continua, compatible con otras herramientas de gestión como la de calidad ISO 9001 y con un proceso de certificación similar. Una vez superado todo el proceso, la empresa obtiene el certificado de AENOR de Responsabilidad Social y el derecho a usar la marca RS 10 de AENOR.
Ha llegado el momento de que nuestras empresas no estén ajenas a esta tendencia. Seamos conscientes de la necesidad y de los beneficios de un comportamiento socialmente responsable y que una de las formas que tienen las empresas de contribuir al desarrollo sostenible es mediante la responsabilidad social.
Desde estas líneas animamos a nuestros clientes a iniciar este nuevo camino y nos ofrecemos a acompañarles.
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